Washington, 20 feb (PL) Cuestionan acciones del presidente Donald Trump y el Congreso debido a la regulación en los tiroteos masivos en Estados Unidos, según una encuesta del diario The Washington Post y la cadena televisiva ABC divulgada hoy.
El sondeo, realizado del 15 al 18 de febrero a 808 adultos, mostró que el 62 % de los encuestados considera inadecuadas las medidas tomadas por el mandatario contra dicho problema.
De igual forma, el 77 % de los entrevistados califica la actitud de la entidad legislativa, cuyas dos cámaras cuentan con mayoría republicana, el mismo partido de Trump.
Por otra parte, la mayoría de los estadounidenses se refiere a las enfermedades mentales como el principal impulsor de las mencionadas tragedias, que tuvieron su episodio más reciente hace menos de una semana.
Tal criterio fue expuesto por el 57 % de los consultados, mientras que el 28 % culpó a las leyes de control y utilización de armas.
La encuesta, con un margen de error de cuatro puntos porcentuales, también halló que los norteamericanos siguen divididos, sobre la variante de implementar una nueva prohibición de armas de asalto.
Alrededor de la mitad de los interrogados apuntó que apoyaría una medida de ese tipo, mientras que el 46 % se opondría a ella.
Nikolas Cruz, un joven de 19 años de edad, mató a 17 personas e hirió a otras 15 este 14 de febrero en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas, de la ciudad de Parkland, Florida.
Durante la tragedia, el criminal utilizó un fusil semiautomático AR-15, y de acuerdo con la televisora CNN, consiguió una decena de armas durante el último año. El AR-15, que dispara balas capaces de atravesar un casco de acero a 450 metros de distancia, es promovido por la Asociación Nacional del Rifle (NRA) y otras partes interesadas en su venta como medio para cazar.
La NRA llama además al AR-15 el «rifle más popular en Estados Unidos» y estima que los norteamericanos poseen más de ocho millones de ellos.
Tal arma estuvo entre las portadas por Stephen Paddock, autor del mayor tiroteo masivo en la historia estadounidense, que dejó 58 muertos y cientos de heridos en Las Vegas el 1 de octubre pasado.